Búsqueda y hallazgo

Cuando creemos que algo ha pasado en un sentido luminoso, bien hay que andarse con cuidado. Es frecuente que pueda tratarse de algo imaginado, fruto de la incansable búsqueda de sentido. El borracho invierte el sentido de lo mágico introduciéndose en el interior de la botella, el ansioso insiste en frotar el vidrio hasta que salga el genio de la lámpara. Aquí no es difícil pasar de lo imaginado a lo fabulado. Un sentido distorsionado suele ser más amable que la falta de sentido. Así las cosas, al amanecer del siguiente dia, se pierde la pretendida trascendencia. Lo que parecía espectáculo para el alma queda solo en un estreno para el olvido.
Sin embargo, no siempre la búsqueda de sentido se vuelve estéril. Olvidada la búsqueda, el gran acontecimiento sucede en lo inesperado. Toma la forma de una puerta que se abre para el otro lado del muro: los ojos negros de un niño sentado en su carrito mientras la madre pasea por el mercado, la insistente insinuación de una adolescente, la mano anciana apergaminada—sobre el bastón—sujetando lo que queda de vida. Una vez pasado al otro lado, con el recuerdo de lo que ha de venir, llega el sosiego.
Ayer, fíjate, en cuestión de minutos, volvió a suceder. Un acontecimiento de esos que, sin duda, suelen estar amarrados al barco del destino. Hoy el sol es una naranja luminosa que veo reflejado en el retrovisor del coche. Mis ojos tienen el frescor cítrico de la mañana. El cáfe del termo está delicioso.

3 respuestas a “Búsqueda y hallazgo

Add yours

  1. El acontecer es indisponile, no está sujeto a dominio o control, de la misma forma que la embestida de la falta de sentido y la angustia son inevitables y más cuando ambas insisten en permanecer. Sin embargo ¿qué dones de la existencia podemos negar? Gracias por esta sutil aclaración, sobre todo para aquellos que amamos los farolillos de feria, los espectáculos y la embriaguez de los elixires y las ambrosías, aun sabiendo que todos son artificios o, tal vez, ¿metáforas?

    El lun, 5 feb 2024 a las 10:27, Alfonso Segura – Emboscado, escribiendo, de

    Le gusta a 1 persona

  2. En la frontera de lo inconcebible, muy a menudo incurrimos en el autoengaño cuyo descubrimiento, en el mejor de los casos, puede provocarnos la sonrisa o incluso la risa. Otras veces, fulgores como los que tan acertadamente describe el autor contribuyen a reforzar nuestra esperanza: lo que anhelamos es posible.

    Me gusta

    1. Agradecido, Emilio, por tu comentario. Me recuerda que la sonrisa o la risa certifican la incapacidad para pasar al otro lado si no es porque suceda. En este sentido, no todo el mundo sonríe cuando incurre en el autoengaño, sino que reincide. La aceptación de la sonrisa-risa pueden servir como gesto idóneo para avanzar en el camino.

      Me gusta

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com

Subir ↑